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Daño emocional y psicológico en el deporte nacional.


A propósito de los problemas que últimamente se han desatado por parte de algunas gimnastas del país con calidad internacional argumentando que han sufrido daño emocional y psicológico por parte de entrenadores de selecciones nacionales durante los procesos selectivos o en algún momento de su vida deportiva hay que puntualizar algo que polariza desde mi punto de vista el verdadero problema, no solo en la gimnasia sino en el deporte nacional, que se presenta y se vive desde edades tempranas hasta el alto rendimiento o profesional, y es que no perdamos de vista el principal problema; el punto no es que un entrenador sea acusado por alguien y que en su defensa salga alguien a desmentir o apoyar a quien acusa de los malos tratos recibidos acompañados de maltrato físico y psicológico, o que los procesos son claros u opacos; que si lo hizo y entonces alguien saca la cara y lo defiende y alguien más apoya la acusación y otra más sale a defender, así sucesivamente, dividiendo el deporte más de lo que ya está, no, no nos podemos distraer del punto principal dejándonos llevar por las consecuencias que desafortunadamente se generan, la realidad, es esa precisamente, la que está enfrente de nosotros y lo estamos evadiendo, el principal problema es que sucede, sí, sucede y es el principal problema estimado lector, desde el momento en que alguien acusa poca claridad, o daño emocional, es una cuestión tan delicada que debería de tomarse mucho más serio por parte de directivos y federativos, más allá de si es culpable o no una persona; nos deberíamos preocupar por establecer los mecanismos “públicos“, “claros” y “abiertos” para garantizar la salud emocional con protocolos apegados a los máximos organismos internacionales que garantizan el correcto trato y manejo de un adulto con niños bajo su responsabilidad; cuidando en todo momento la salud física y emocional como prioridad; documentos como “Save the Children Fund” o UNICEF, detallan el actuar mínimo requerido e inclusive la formas de control apropiadas y no dañar la psique de un menor o adulto, en realidad nos debería preocupar más la conformación de dichos protocolos, que si tiene o no razón las acusaciones o los desmentidos; porque seamos sinceros, al día de hoy los procesos para clasificar, cambiar de niveles en la gimnasia, están muy reservados a los entrenadores, como ejemplo tomo la gimnasia; tan es así que después de 4 meses de un campeonato regional o nacional los padres y deportistas no saben si suben a un nivel o no, o simplemente desconocen la puntuación que obtuvieron en a competencias, o cuestiones más sencillas, el progreso deportivo mes con mes de manera objetiva no lo saben; desafortunadamente en otros disciplinas no es diferente, ¿quién participa más en un partido o competencia? se reserva al ojo del entrenador y está bien, así debe ser, pero ese “ojo” cuando no se basa en parámetros objetivos que un padre de familia no solo conoce, sino que no sigue mes con mes, por supuesto que está obligado a preguntando como va su hijo (te imaginas una escuela donde no existieran juntas para firmar boletas y que el maestro en el mejor de los casos te dijera va bien o va mal, pero que lo normal sea entre más lejos y menos información le dé al padre mejor, ¿absurdo no crees?); es una obligación de cualquier club o programa deportivo rendir cuentas a los padres que pagan su sueldo, a quienes permiten que los clubes vivan, a quienes pagan viáticos, hoteles; simplemente sin ellos las competencias no existirían, recordemos que sin ellos, lo que tanto amamos no existiría, les debemos por lo menos el mejor de los tratos a sus hijos y toda la información a sus padres de manera puntual clara y obligada. Entiendo que con esto de toda la información la mayoría de los entrenadores ya se molestaron, con toda razón, pues los quieren muy lejos y sin opinión, también lo entiendo, pero una cosa es la claridad de desarrollo de deportista y otra cosa que se le permita a un padre opinar de la disciplina, esto último no está considerado, zapatero tus zapatos, pero créeme que como entrenador si tienes claridad y juntas constantes, los padres no serán un problema como sueles considerarlo.

Finalmente, es este el punto, dejemos de apoyar o criticar si me hicieron o no le hicieron, lo importante es el fondo, cuidar que nunca más se presente, asegurar que existen protocolos en el manejo emocional correcto de un deportista, no solo eso, que cada entrenador de este país este certificado en ello y apruebe exámenes rigurosos que garanticen la óptima funcionalidad y el perfil apropiado para enseñar, como en cualquier lugar de trabajo, mostrar competencias y aprobar exámenes psicológicos, no olvidemos que sin ellos, papás y sus hijos, no seríamos ni haríamos nada como entrenadores.

Quienes conocen mi trabajo como psicólogo enfocado a incrementar el rendimiento deportivo, saben que nunca priorizaré un resultado a expensas de la salud física o emocional de un atleta, éticamente no es posible, sin importar que me cueste terminar un proyecto.

Sirva esto como un reto y no una problemática que solo busca descalificar, aprovechemos el momento para sumar fuerzas, como sociedad, padres de familia, clubes, federativos y gobierno para y exigir el trato que todo deportista merece, digno y de respeto, cuidando ante todo su salud, nada está por encima de ello, ni si quiera una medalla de oro, ya que cuando un atleta no es capaz de conseguirlas el abandono es casi una constante por parte de quienes en su momento le apoyaron.

Nos vemos, en tu límite!!!

entulmite.com

Psic. Dep. Carlos Alberto Vázquez Villegas.


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